La capital de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, se prepara para un lunes de alta tensión política con el arribo del presidente Javier Milei, en el marco de la campaña electoral con vistas a las legislativas nacionales parlamentarias.
La visita, puramente proselitista, busca apuntalar a los candidatos a senadores y diputados nacionales de La Libertad Avanza (LLA), pero se produce bajo un clima de profundo malestar y confrontación en una provincia que se siente estratégicamente afectada por las políticas del Gobierno nacional.
El arribo de Milei a la capital fueguina, donde ya fue declarado "persona no grata" en abril pasado por el Concejo Deliberante ushuaiense a raíz de sus dichos sobre Malvinas, reactiva la controversia en torno a la soberanía nacional y el desarrollo austral. La posición del Presidente, que en el acto conmemorativo del 2 de abril pasado manifestó la voluntad política de que la población británica que ocupa las Malvinas decida su futuro, colisiona con el sentimiento y los derechos argentinos sobre el archipiélago.
A esto se suma la pública admiración de Milei por figuras como la ex primera ministra británica Margaret Thatcher –quien ordenó el hundimiento del crucero ARA General Belgrano fuera de la zona de exclusión durante la guerra de 1982–, Ronald Reagan y Winston Churchill, figuras históricamente contrarias a los intereses argentinos.
La alianza estratégica con Estados Unidos, motorizada por el presidente, es vista con extrema preocupación en el sur: Milei teoriza que esta sociedad podrá conducir a la recuperación de la soberanía de Malvinas, fingiendo desconocer que Washington y el Reino Unido son socios incondicionales en la OTAN, bloque al que el propio mandatario ha expresado su deseo de incorporar a Argentina.
Otro foco de conflicto es el vaciamiento de la promoción industrial fueguina. Las medidas de desregulación y la quita de restricciones impositivas a las importaciones de productos electrónicos, oficializadas mediante el Decreto 333/2025, favorecen a los importadores y generan una competencia desleal para la industria local, desprotegiendo el empleo y al sistema productivo de Tierra del Fuego. La industria fueguina ha sido históricamente un motor económico y un pilar demográfico en la provincia. La amenaza a su continuidad profundiza la crisis social en el extremo sur.
En el plano geopolítico, las políticas de Milei comprometen gravemente el futuro del desarrollo Antártico argentino. Su gestión ha abierto la puerta a la injerencia militar de Estados Unidos en la planificación de un Polo Logístico Antártico, históricamente concebido como un proyecto soberano. Esta estrategia de alineamiento incondicional con Washington comenzó con la reunión de abril del año pasado en Ushuaia con la ex jefa del Comando Sur, Laura Richardson, y se intensificó con la visita del almirante Alvin Holsey, actual titular del SOUTHCOM. Holsey no solo ratifica la política de intromisión, sino que ha manifestado la pretensión de establecer una base logística para submarinos en el Canal Beagle y reactivar el polémico radar de capitales británicos e irlandeses de LeoLabs en Tolhuin, una instalación que el propio Comando Sur ha calificado como una herramienta de uso dual (militar/civil) en un contexto de escalada bélica global. Esta avanzada se sostiene, además, en las sucesivas declaraciones que Richardson formuló en años anteriores, sobre los recursos naturales de América Latina como patrimonio a disposición de Estados Unidos.
El contexto local en el que se produce la visita presidencial está marcado por la profunda crisis socioeconómica y política que atraviesa el país, como consecuencia de las políticas capitalistas de "shock" del gobierno de La Libertad Avanza. El vaciamiento de la salud y la educación pública, la destrucción del campo científico, el cierre de miles de pequeñas y medianas empresas, y el constante deterioro del empleo se suman al plan de privatización y venta de activos estatales, profundizando la recesión y el malestar social.
En este marco, la visita de Javier Milei a Ushuaia no es vista como un gesto institucional, sino como una provocación por los sectores que defienden la soberanía austral y el modelo productivo local. La llegada del mandatario a la provincia más austral es un símbolo de las tensiones entre un gobierno central que prioriza un alineamiento foráneo y una provincia que históricamente ha sido un bastión de la defensa de los derechos soberanos en el Atlántico Sur y la Antártida.
El Interrogante Fueguino: ¿Acompañamiento o Rechazo?
La compleja y difícil situación que atraviesa Tierra del Fuego, directamente vinculada a las políticas presidenciales, pero también locales por la iracunda gestión del gobernador Gustavo Melella; en materia de industria, soberanía y geopolítica, plantea un interrogante crucial: ¿La sociedad fueguina o una parte significativa de ella, acompañará al Presidente en su acto de campaña?
A pesar de los señalamientos críticos de un sector de la política y de la ciudadanía, la fuerza política de Milei confía en una gran convocatoria. Al final del día lunes, con la cuantificación de los participantes en las actividades, y la intensidad de las expresiones de apoyo o rechazo, se podrá calibrar si los hechos criticados en el plano estratégico y económico coinciden realmente con el sentimiento popular de fueguinos y fueguinas en el fin del mundo. También será un termómetro para las fuerzas opositoras a Milei en Tierra del Fuego, que llegaran al 26 de octubre con posturas y divisiones irreconciliables, que jugaran a favor de la campaña libertaria.