viernes 28 de junio de 2024

Información | 22 may 2023

medio ambiente

Revelan que los pingüinos podrían desaparecer en el 2100

El nuevo estudio revela además que, si no se toman medidas, hasta el 97% de las especies de la Antártida podrían seguir el mismo camino.


Se requieren mayores esfuerzos de conservación para proteger los ecosistemas antárticos y asegurar la supervivencia de las especies terrestres de la región, según revela un nuevo estudio. Si no se toman medidas, hasta el 97% de estas especies podría disminuir para el año 2100.

El estudio también destaca que una inversión de tan solo 23 millones de dólares al año sería suficiente para implementar diez estrategias clave que reducirían las amenazas a la biodiversidad antártica. Esta cantidad relativamente pequeña beneficiaría hasta al 84% de los grupos de aves, mamíferos y plantas terrestres.

El cambio climático se identifica como la mayor amenaza para las especies únicas de plantas y animales de la Antártida. Limitar el calentamiento global se considera la forma más efectiva de garantizar su futuro.

Las especies terrestres en la Antártida han evolucionado para sobrevivir en el continente más frío, ventoso, alto y seco de la Tierra. Entre ellas se encuentran plantas con flores, musgos, líquenes resistentes, diversos microbios, invertebrados resistentes y cientos de miles de aves marinas reproductoras, como los pingüinos emperador.

Además de su importancia ecológica, la Antártida desempeña un papel crucial en la regulación del clima global, la circulación atmosférica, las corrientes oceánicas y la absorción de calor y dióxido de carbono. Incluso afecta los patrones meteorológicos en otras regiones, como Australia.

A pesar de ser considerada un área protegida, las plantas y los animales de la Antártida enfrentan numerosas amenazas. El cambio climático es la principal, ya que se espera que las zonas sin hielo aumenten a medida que el calentamiento global empeora, alterando rápidamente el hábitat disponible para la fauna. Los eventos climáticos extremos, como las olas de calor, se vuelven más frecuentes y tienen consecuencias negativas para la flora y fauna antárticas.

El estudio contó con la colaboración de 29 expertos en biodiversidad antártica, conservación, logística, turismo y política. Los expertos evaluaron cómo responderán las especies antárticas a las amenazas futuras.

En el peor de los casos, las poblaciones del 97% de las especies terrestres antárticas y de las aves marinas reproductoras podrían disminuir de aquí a 2100, si los esfuerzos de conservación actuales se mantienen en la misma trayectoria.

En el mejor de los casos, las poblaciones del 37% de las especies disminuirían. El escenario más probable es una disminución del 65% de las plantas y la fauna del continente para el año 2100.

El pingüino emperador depende del hielo para reproducirse y es la especie más vulnerable de la Antártida. En el peor de los casos, el pingüino emperador corre el riesgo de extinguirse en 2100, la única especie del estudio que se enfrenta a este destino.

Es probable que el cambio climático también cause estragos en otros especialistas antárticos, como el gusano nematodo Scottnema lindsayae. Esta especie vive en suelos extremadamente secos y corre peligro a medida que el calentamiento y el deshielo aumenten la humedad del suelo.

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