El ex embajador argentino ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) y ex diputado nacional, Carlos Raimundi, expresó fuertes críticas hacia la política de alineamiento con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Estados Unidos por parte del gobierno argentino. En declaraciones al programa radial “el delivery”, cuestionó al presidente Javier Milei por posicionar a la Argentina en sintonía con las pretensiones de la Casa Blanca.

Raimundi comenzó señalando su asombro ante las recientes acciones del gobierno, especialmente el viaje del ministro de Defensa a Bruselas con el propósito de incorporar a Argentina a la OTAN. Según sus palabras, esto demuestra una falta de límites por parte del gobierno y una clara tendencia hacia el alineamiento con potencias extranjeras.

Enfatizó también en la preocupación por la presencia militar extranjera en territorio argentino, refiriéndose específicamente a la presencia de la OTAN y el Comando Sur en la provincia de Tierra del Fuego. “Que alguien que ocupa el lugar de la presidencia de un país se arrastre hasta Ushuaia disfrazado de militar, para entrevistarse con una jefa militar de otro país, es un acto de un virreinato, no es de una nación”, dijo.

La crítica hacia la política de alineamiento se extendió hacia la estrategia militar global de Estados Unidos, especialmente en América Latina. Raimundi resaltó la situación en Ecuador como ejemplo de las consecuencias negativas de este alineamiento, mencionando la pobreza, el crimen organizado y la violencia política como resultados directos.

Además, el ex embajador hizo referencia al papel del general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, como figura clave en esta política de alineamiento y expansión militar en la región. Sin embargo, también destacó que este no es un problema exclusivo de personalidad, sino parte de un plan estratégico más amplio.

En cuanto a la política exterior argentina, Raimundi abogó por una mayor independencia y soberanía, sugiriendo una mayor integración con países de América Latina, en particular con Brasil, para contrarrestar la influencia de potencias extranjeras y fortalecer la región como un bloque independiente.

Finalmente, el ex embajador hizo hincapié en los problemas globales causados por el capitalismo financiero y el militarismo, destacando la desigualdad extrema y la crisis climática como consecuencias directas de estas políticas.