

La última medición del INDEC confirmó lo que ya se palpaba en la calle: Tierra del Fuego atraviesa uno de sus peores momentos económicos de los últimos años. Con una desocupación que trepó al 8,3 %, la más alta de toda la Patagonia, la provincia se ubicó en el epicentro de la crisis nacional.
El impacto en números
El dato estadístico se traduce en realidades concretas: 8.000 fueguinos sin empleo, más de 5.000 subocupados y otros 12.000 trabajadores que buscan otro puesto porque lo que ganan no les alcanza. En total, unas 25.000 personas enfrentan problemas laborales, lo que equivale a casi una cuarta parte de la población económicamente activa.
Si se considera que muchos de ellos son sostén único o principal de sus hogares, se estima que cerca del 55% de la población atraviesa la situación del “no me alcanza para llegar a fin de mes”.
Servicios y combustibles en alza
A la falta de ingresos se suma la escalada de las tarifas y los combustibles. La suba de la luz y el gas golpea de manera especial a los hogares fueguinos, donde la calefacción es una necesidad vital y no un gasto opcional. El aumento en los precios de las naftas repercute además en el transporte público, los alimentos y todos los productos que llegan a la isla.
Consumo en retroceso
La consecuencia inmediata se observa en comercios y supermercados: ventas en caída, changuitos más vacíos y familias que ajustan incluso en productos básicos. Cada vez más hogares dependen de las tarjetas de crédito para cubrir gastos corrientes o directamente postergan consumos que antes eran parte de la vida cotidiana.
Economistas locales describen este fenómeno como una “doble pinza”: menos ingresos por desempleo, subocupación o salarios que no se actualizan, frente a un costo de vida que sube semana a semana.
Un clima de incertidumbre
La crisis golpea también en el plano social: la inseguridad laboral y los precios en constante aumento generan un clima de incertidumbre que desalienta cualquier planificación a futuro. “No se puede proyectar nada, ni un viaje, ni una compra grande, ni siquiera ahorrar”, sintetizan vecinos y comerciantes consultados.
Una economía en retroceso
La provincia que hasta hace poco era sinónimo de trabajo industrial y oportunidades hoy aparece en los informes como la de mayor desempleo de la Patagonia. El círculo vicioso de menos empleo, más inflación y caída del consumo se retroalimenta, y amenaza con profundizar aún más la crisis si no surgen medidas concretas de reactivación para sostener a los sectores más golpeados.