sábado 27 de julio de 2024

Opinión | 23 oct 2023

Alejandro Rojo Vivot: “La canción del olvido”


Por: Alejandro Rojo Vivot

“Ahora ¿cuál de los dioses los incitó a esa contienda? El hijo de Júpiter y de Latona: irritado contra el rey, suscitó en el ejército una terrible enfermedad; y los pueblos morían porque Atrida había despreciado al sacerdote Crises. Dirigiéndose este a las rápidas naves de los griegos, con el fin de libertar a su hija, con un rico rescate, llevando la banda del certero Apolo en el cetro de oro, suplicaba así a todos los griegos y sobre todo a los dos hijos de Atreo, caudillos de pueblos (…)

El Atrida mandó que los hombres se purificaran, y ellos hicieron lustraciones, (1) echando al mar las impurezas, y sacrificaron junto a la orilla del estéril mar hecatombes perfectas de toros y de cabras en honor de Apolo. El vapor de la grasa llegaba al cielo, enroscándose alrededor del humo. En tales cosas ocupábanse éstos en el ejército”. (2)

 

Homero (aproximadamente siglo VIII a. C.)

 

El teatro lírico, en cualquiera de sus expresiones, está integrado por diversos aportes especializados que, según las épocas y algunas circunstancias son valorizados de distinta manera, inclusive por los muchos que ampliamente disfrutan del arte vocal.

Con la sola mención de la Bohème, (1896), la cuarta ópera más representada en occidente, (3) muy probablemente, surja su compositor, quedando rezagos los dos extraordinarios, exitosos y prolíferos libretistas italianos que trabajaron casi cuatro años hasta lograr el magnífico texto: Giuseppe Giacosa (1847-1906) y Luigi Illica (1857-1919). (4)

 

EN ESPAÑA

La zarzuela (5) tuvo un éxito muy notorio de público que acompañó con su asistencia al financiamiento de constantes y originales obras magistrales.

Más allá de algunas opiniones estereotipadas, la ópera y la zarzuela lejos están de ser elitistas, (6) más allá que por los bajos ingresos económicos muchas personas les significa una relativa alta erogación el poder concurrir, aunque existan numerosas representaciones gratuitas y las de bajo coste.

1918. Recrudece la pandemia mal conocida como “gripe española”. Al respecto el destacado historiador y periodista Rafa Burgos (1971) apuntó: “La gran pandemia del siglo XX, que mató a más de 50 millones de personas en todo el mundo― toca techo. Los servicios municipales de ciudades en toda España están desbordados. La del Mediterráneo es una de las zonas más afectadas. En Alicante, el alcalde, (7) Antonio Bono Luque, (8) se ve obligado a convocar un pleno extraordinario el día 14 para solicitar ayuda al gobernador civil, José María Caballero. La intención del primer edil es exponer su plan para combatir la enfermedad. Necesita dinero para adquirir material sanitario. Ya ha acordado construir un nuevo cementerio. Pero, además, propone derribar y desalojar parte de los tres barrios más pobres de la ciudad, una medida que contribuiría a diseminar más el virus.

Según consta en el acta de la sesión, que se conserva en el Archivo Municipal de Alicante, Bono informa de que ʻdonde más defunciones han ocurrido y ocurren es en aquellos puntos de la ciudad donde menos se practica higieneʼ. El foco está ʻallí donde las viviendas carecen de las circunstancias elementales de habitabilidad, en esas casuchas que Alicante tiene en las estribaciones del Castillo de Santa Bárbara, en las cuales las gentes viven en un hacinamiento y una miseria capaces por sí solos de causar a la salud pública los grandes estragos que lamentamosʼ. Se trata del barrio de Las Provincias, un grupo de casas precarias situado en la ladera del monte Benacantil, núcleo de la ciudad a principios del siglo XX”. (9) En varios aspectos parecido a Argentina donde fue alharaca “Primero la gente” de las décadas devastadoras.

En esa época, (10) luego de cuatro años de trabajos, se estrena con gran éxito la humorística zarzuela “La canción del olvido” del compositor José Calixto Serrano Simeón (1873-1941) y libreto de Federico Romero Sarachaga (1886-1976) y Guillermo Fernández-Shaw Iturralde (1893-1965).

Durante el Primer Cuadro, en un gracioso auto elogio la señala como que “está haciendo furor”.

Pronto las melodías y los versos trascienden los escenarios y también se entonan en las calles, tascas, plazas, cortijos, etcétera, más allá que habrá quienes sigan sosteniendo que las obras líricas son elitistas y únicamente para públicos entendidos.

El breve pasaje de una serenata tan de moda en ese entonces, “El Soldado de Nápoles”, para tenor y coro, del cuadro segundo del único acto, fue incorporado popularmente por lo pegadizo a tal extremo que a la fiebre española altamente contagiosa se la apodó en tal sentido, convirtiéndose en sinónimo hasta por parte del periodismo y en muchos otros ámbitos.

 

TAMBIÉN

El humor gráfico se sumó publicando escenas negras como un esqueleto de un soldado sentado en una tumba, uniendo a algunos de los personajes masculinos de la zarzuela y que muchos de los afectos por la pandemia fueron integrantes de ejércitos.

Quizá podemos suponer que la interacción entre las devastadoras consecuencias de la “influenza, virus A” (11) y la risueña obra de teatro cantado haya sido placebo conjuro social como muchas de las actuales e insostenibles promesas oficiales en cuanto a la pandemia y sus catastróficos resultados de las prolongadas e ineficiente cuarentenas impuestas por los gobiernos, aunque ya no habrá olvido ni canción que la intente morigerar salvo los insípidos y reiterados comunicados de prensa oficiales.

Al respecto sumamos los vacunatorios VIP, la falta de transparencia en el empleo de los fondos aportados por los contribuyentes, las fiestas en edificios oficiales en medio de la cuarentena, continuos viajes al exterior de empleados públicos sin claros justificativos, partidización oficialista de la distribución de vacunas, etcétera.

Los virus continúan con su accionar por lo que es necesario mantenerse atentos.

 

NOTAS Y RERENCIAS

Alejandro Rojo Vivot es autor deEpidemias y literatura. La realidad y la ficción”. Editorial Dunken. Buenos Aires, Argentina. (2022).

1) Purificaciones.

2) Homero. La Ilíada. Anagrama. Buenos Aires, Argentina. 2010.

3) Fuera de Italia, la primera representación fue en Buenos Aires en 1896 en el entonces nuevo y moderno “Teatro de la Ópera”, que vio demorada su construcción, iniciada en 1870, por la fiebre amarilla de 1871, ya que el puerto esto cerrado y no pudieron llegar muchos de los materiales previstos e innovadores para su época. La primera obra fue Il Trovatore (1853) de Giuseppe Fortunino Francesco Verdi (1813-1901) y libreto del poeta Salvatore Cammarano (1801-1852) estrenada el 25 de mayo de 1872.

4) Basándose en la novela “Escenas de la vida bohemia” de Henri Murger (1822-1861).

5) El término surge del teatro del palacio real de La Zarzuela donde se comenzaron a representar, antes que surgiera, por ejemplo, la opereta francesa y el singspiel alemán.

6) Por ejemplo las decenas de millones de personas que vieron y compraron la grabación de los concierto de los tres tenores, en las Termas de Caracara, con motivo de la final de la Copa Mundial de Fútbol (Italia, 1990), en Los Ángeles (1994), París (1998) y Tokio (2002). Y muchos otros como en el Estadio de Wembley (1996) donde participaron 50.000 espectadores bajo una torrencial lluvia.

7) (1877-1921).

8) (1877-1929).

9) Burgos, Rafa. Alicante, 1918: la lucha contra otra pandemia que también estigmatizó a las zonas pobres. El País. Madrid, España. 16 de noviembre de 2020.

10) 1916 y 1918.

11) Ya se recomendaba el uso de mascarillas individuales (mask) como medida de prevención.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias